La Urticaria es una enfermedad muy frecuente, que afecta alrededor del 10% o 20% de la población en algún momento de su vida; se caracteriza por la presencia de grupo de ronchas elevadas en la piel, de diferente tamaño, acompañadas de purito. Generalmente su causa se vincula a infecciones virales de la vía respiratoria superior, ciertos alimentos, medicamentos o picaduras de insectos, sin embargo tiene una incidencia más alta en personas con enfermedades atópicas. Según la duración de la enfermedad podemos hablar de dos tipos de Urticarias; la denominada aguda, con una permanencia visible generalmente de menos de 6 semanas y la llamada crónica que puede durar más de 6 semanas. En esta última se ha detectado un mecanismo autoinmune, en donde el propio organismo activa las células de la piel, liberando histamina y por consiguiente haciendo que se manifieste la enfermedad.
El diagnóstico se efectúa a partir de la exploración física, junto a la evaluación de la historia clínica del paciente, para establecer un registro de síntomas y así detectar un patrón que llegue a la causa. El tratamiento se aborda desde dos perspectivas, la primera hace hincapié en evitar aquellos factores desencadenantes, dentro de los cuales pueden estar ciertos alimentos, medicamentos, aditivos o agentes medioambientales, y la segunda a partir de la administración de antihistamínicos bajo supervisión médica.
Para el manejo de las cicatrices contamos con tratamientos especializados como Nanopore o terapia de microagujas, los cuales están dirigidos a la formación de micro orificios en la piel, para favorecer la permeabilidad cutánea; así se facilita el transporte de activos eficaces, que viajan a través de las capas más profundas del tejido, permitiendo estimular el proceso de reparación cutáneo.
En cuanto a marcas de acné más severas, ofrecemos otras alternativas que involucran el manejo del equipo Erbio, una completa plataforma, ideal para tratar cicatrices de cualquier índole; su método de acción trabaja a partir de una ablación controlada, generando en la piel un fenómeno inflamatorio, que permite la estimulación de colágeno y elastina, para propiciar la regeneración cutánea. La textura de la piel mejora significativamente y las imperfecciones se hacen menos evidentes.
Asimismo, otras alternativas de tratamiento para cicatrices más pigmentadas pueden involucrar un manejo con peelings de diferente composición, en función de las necesidades de cada paciente.
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