La Costra Láctea o Dermatitis Seborreica del lactante es una condición bastante frecuente en los recién nacidos, conocida también como caspa cuando afecta a niños mayores y adultos. Se manifiesta por medio de escamas de tono blanco o amarillento, en zonas donde hay mayor presencia de glándulas sebáceas como es el cuero cabelludo y a veces cejas, pestañas, área del pañal, axilas, nariz o cuello. Cabe destacar que la Costra Láctea no es contagiosa, tampoco peligrosa, ni corresponde a una alergia o falta de higiene; sus causas apuntan a dos factores: el primero al paso de hormonas del embarazo, por parte de la madre al bebé, antes del nacimiento y durante el periodo de lactancia, y el segundo factor al hongo Malassezia, el cual se desarrolla en el sebo y las bacterias de la piel. En muchos casos esta condición suele desaparecer por si sola al cabo de algunos meses, sin embargo, en otros, cuando hay mayor permanencia, es posible que se requiera el uso especializado de algún champú o crema que ayude a su desaparición.
En casos en que la Costra Láctea se propague a áreas como el rostro o cuando cubra otras zonas extensas del cuerpo y se haya tornado el área dura, roja caliente o con supuración, es necesario acudir a un especialista, quien podrá sugerir el uso adecuado de champús formulados y cremas tópicas, especialmente indicadas para tratar la delicada piel del bebé con total seguridad y efectividad.
Para el manejo de las cicatrices contamos con tratamientos especializados como Nanopore o terapia de microagujas, los cuales están dirigidos a la formación de micro orificios en la piel, para favorecer la permeabilidad cutánea; así se facilita el transporte de activos eficaces, que viajan a través de las capas más profundas del tejido, permitiendo estimular el proceso de reparación cutáneo.
En cuanto a marcas de acné más severas, ofrecemos otras alternativas que involucran el manejo del equipo Erbio, una completa plataforma, ideal para tratar cicatrices de cualquier índole; su método de acción trabaja a partir de una ablación controlada, generando en la piel un fenómeno inflamatorio, que permite la estimulación de colágeno y elastina, para propiciar la regeneración cutánea. La textura de la piel mejora significativamente y las imperfecciones se hacen menos evidentes.
Asimismo, otras alternativas de tratamiento para cicatrices más pigmentadas pueden involucrar un manejo con peelings de diferente composición, en función de las necesidades de cada paciente.
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