El diagnóstico de un quiste se efectúa a partir de la exploración física, siendo en muchos casos una afección inofensiva, que no requiere tratamiento, sin embargo, es posible que en algunos pacientes sea necesario determinar si se requiere su resección cuando presente dolor, crece progresivamente o esta infectado; para este último caso, su manejo inicial se realiza con antibióticos. En cuanto a la extirpación, se pueden implementar distintas técnicas, según el diagnóstico: drenaje con anestesia local o sedación, aspiración con aguja fina o cirugía menor.
Para el manejo de las cicatrices contamos con tratamientos especializados como Nanopore o terapia de microagujas, los cuales están dirigidos a la formación de micro orificios en la piel, para favorecer la permeabilidad cutánea; así se facilita el transporte de activos eficaces, que viajan a través de las capas más profundas del tejido, permitiendo estimular el proceso de reparación cutáneo.
En cuanto a marcas de acné más severas, ofrecemos otras alternativas que involucran el manejo del equipo Erbio, una completa plataforma, ideal para tratar cicatrices de cualquier índole; su método de acción trabaja a partir de una ablación controlada, generando en la piel un fenómeno inflamatorio, que permite la estimulación de colágeno y elastina, para propiciar la regeneración cutánea. La textura de la piel mejora significativamente y las imperfecciones se hacen menos evidentes.
Asimismo, otras alternativas de tratamiento para cicatrices más pigmentadas pueden involucrar un manejo con peelings de diferente composición, en función de las necesidades de cada paciente.
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