Las alergias cutáneas corresponden a un tipo de consulta al dermatólogo muy frecuente. Esta afección se define como estados de hipersensibilidad específica, como consecuencia a una respuesta exagerada del sistema inmune debido a sustancias que identifica como peligrosas. Estas sustancias o alérgenos pueden corresponder a medicamentos, algunos alimentos, cosméticos, pólenes, animales, ciertas infecciones, picaduras de insectos e incluso al estrés. Su manifestación se produce mediante la aparición de ronchas o eccemas en la piel con síntomas que pueden variar desde piel seca, picor intenso, descamación, fisuras o lesiones por rascado y rojeces entre otros de acuerdo al mecanismo por el cual se originó; en este sentido, para su diagnóstico se deben tener en cuenta muchos factores, entre los cuales prioritariamente se involucran los hábitos y el estilo particular de cada paciente; esto puede conducir a efectuar distintas pruebas de alergias que identifiquen el alérgeno responsable para así definir un plan de tratamiento.
Las alergias cutáneas se pueden tratar a partir de distintas opciones, sin embargo la primera medida está enfocada en la identificación del alérgeno involucrado, por lo que las pautas a partir de hábitos que eviten su contacto es el primer paso del tratamiento; asimismo, conjuntamente a estas medidas de control, se incluye la administración de ciertos medicamentos como antihístamínicos, los cuales actúan en la inhibición de la histamina, la sustancia responsable de los cuadros alérgicos, los corticoides para administración sistémica, vía oral o inyectable y la inmunoterapia o vacunas para la alergia, que consiste en proporcionar al paciente, de manera paulatina, dosis frecuentes del alérgeno responsable para lograr disminuir o eliminar la sensibilidad hacia éste.
Cabe resaltar que los diferentes antihistamínicos, en ciertos casos, pueden generar somnolencia y otros están contraindicados en aquellos pacientes con enfermedades cardiacas; en este caso es de gran importancia evitar la automedicación y acudir al dermatólogo, para un adecuado manejo de la condición.
Para el manejo de las cicatrices contamos con tratamientos especializados como Nanopore o terapia de microagujas, los cuales están dirigidos a la formación de micro orificios en la piel, para favorecer la permeabilidad cutánea; así se facilita el transporte de activos eficaces, que viajan a través de las capas más profundas del tejido, permitiendo estimular el proceso de reparación cutáneo.
En cuanto a marcas de acné más severas, ofrecemos otras alternativas que involucran el manejo del equipo Erbio, una completa plataforma, ideal para tratar cicatrices de cualquier índole; su método de acción trabaja a partir de una ablación controlada, generando en la piel un fenómeno inflamatorio, que permite la estimulación de colágeno y elastina, para propiciar la regeneración cutánea. La textura de la piel mejora significativamente y las imperfecciones se hacen menos evidentes.
Asimismo, otras alternativas de tratamiento para cicatrices más pigmentadas pueden involucrar un manejo con peelings de diferente composición, en función de las necesidades de cada paciente.
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